Un Profesor que tuve en Costa Rica,
Clifton White (Experto internacional y ex-Jefe de campaña entre
otros de Nixon, Reagan y Carlos Andrés Pérez) decía que si bien es
cierto que es posible “vender” a un candidato ya que puede
“parecerse” a vender un producto, en los hechos no debería
hacerse por dos razones esenciales, una ética y otra derivada del
factor humano. La ética es algo que muchos especialistas se la
pueden pasar por el forro (él se había retirado ya de esta línea
de trabajo); el Factor Humano tiene que ver con el tipo de “producto”
que sería un candidato, una especie de servicio intangible puesto
que en cuanto el candidato ha recibido el voto mayoritario y se
encarama al poder se distancia de su electorado, por lo general suele
olvidarse de las promesas hechas; por lo que si es presentado y
manejado como un “producto” empaquetado, puede ser rechazado
mucho más que si fuera una persona con una propuesta concreta,
independientemente del juicio de valor que se pueda tener de la
misma; es decir, es un arma de doble filo que mal utilizada puede
llevar al fracaso.
De la misma manera, conocemos la
diferencia de los medios tradicionales de comunicación como la TV,
radio, y la prensa escrita que por su característica unidireccional
aportaron a la desconexión entre el candidato y sus electores al
hacerlos simples receptores de propuestas y mensajes; las nuevas
Tecnologías, especialmente el Internet 2.0 insurgieron aportando una
sustancial interactividad, comunicación de ida y vuelta, diálogo y
Comunidades de personas en el mundo virtual, las redes sociales, y
con ello fortalecen la capacidad de participación e interacción
entre ambos; al influjo de ello se generan nuevos instrumentos de
influencia ante el Estado.
En esta perspectiva, también es un
arma de doble filo el uso indiscriminado de Internet que están
haciendo algunos Partidos Políticos en el País repitiendo viejas
prácticas para distorsionar la democracia y el voto ciudadano,
aprovechando del anonimato para agresiones racistas disfrazadas de
“bromitas”, ocasionando con ello un grave daño a un medio
alternativo que tiene la capacidad de fortalecer la comunicación que
es muy importante para incrementar la participación de los electores
y la democracia; pero teniendo también en cuenta en definitiva, que
es necesario diferenciar entre “opinar de política en las redes
sociales” y “el posicionar un voto o una intención de voto”,
mucho peor si queremos desarrollar en la red una actividad política
específica pues la influencia de las redes sociales en la política
es limitada y muy compleja de manejar.
En este contexto, donde algunos
“especialistas” con insuficiente conocimiento del área TIC y de
las redes sociales en la participación política, están
confundiendo y conflictúandola, creo que es necesario hacer algunas
puntualizaciones con el objeto de defender un espacio público donde
se debe garantizar tanto la libertad de expresión como
también la convivencia.
Copias mecánicas de otras
realidades y preconceptos
Y es que, a partir de algunas
experiencias afortunadas y trabajadas adecuadamente como las de la
campaña de Obama en los EEUU, en todo el mundo los Partidos
Políticos cada vez con mayor frecuencia e intensidad han ido
convirtiendo las redes sociales en un nuevo medio y espacio de
interacción con su potencial “electorado” y han incorporado en
su preocupación propagandística la presencia y el discurso
político; lamentablemente con el mismo desafortunado criterio de
trasladar toda su práctica presencial tradicional (incluido sus
grandes lastres y horrores) a los Blog, Vlog, Facebook, Twitter y
otros.
Esto ha indo in crescendo con el
éxito y la potencialidad mostrada por las redes sociales en
movilizaciones como la “primavera árabe” (“revolución
Twitter” como la llama Manuel Castell); la movilización por
telefonía móvil el 11-M; y los grupos autorganizados del Movimiento
de los Indignados en las redes sociales en España; el “#yosoy132”
en México; y otros.
Lamentablemente en nuestro continente
ha servido también para mostrar la poca creatividad de los “equipos
políticos de campaña” que tratan de emularlas mecánicamente;
este traslado mecánico hace que incluso no se tomen en cuenta
diferencias sustanciales entre una realidad y otra, como el hecho que
tradicionalmente en EE UU existe un contacto directo del elector con
el candidato puesto que se elige al político y no se visibiliza
prioritariamente al Partido; en cambio en nuestro país, hay listas
de candidatos para la mayoría de los cargos electivos (Diputados
plurinominales, consejeros Departamentales, los concejales del
Municipio).
Las redes sociales no son un mercado
Otra de las erróneas percepciones se
origina en que los especialistas están vendiendo solo el concepto y
las pocas buenas experiencias como la ya referida campaña de Obama
cuyo éxito se basó, entre otros factores, en su estrecho nexo con
los artistas e intelectuales de Hollywood y de la industria del
entretenimiento (no los empresarios), lo que le permitió disponer de
un vehículo de replica (virulencia) muy importante en las redes
sociales con gran penetración y buen ancho de banda de Internet en
la población estadounidense. En una perspectiva más sincera y
efectiva los expertos deberían vender la aplicación al caso de uso
concreto, porque para ello deben conocer muy bien el contexto
socio-político, económico, cultural y tecnológico; no “el
mercado” porque de hecho las redes sociales no son un mercado,
son un entorno social en el que se puede hacer mercadeo no
directamente, ¡vamos!, a quien le gustaría que en una boda venga
alguien a vendernos lo que sea, o peor por ejemplo que vengan a
vendernos una suscripción a “Playboy”.
Existen varios e importantes estudios
sobre esta temática, por ejemplo investigadores de la Universidad de
Delaware descubrieron que “el atractivo emocional de un candidato
percibido en el mundo online no influyó en que más gente se
implicara en apoyarle; sólo afectaba a los que ya estaban
comprometidos. El tipo de emoción expresada tampoco influía en un
sentido o en otro”. (HOFFMAN, Lindsay y otros. Social media politics. “Computers in Human Behavior”, Universidad de Delaware. Georgetown 2014)
En la misma línea, con las distancias
del caso, un estudio en la Universitat Oberta de Cataluña UOC y en
la Universidad de Salamanca en España, ha determinado el impacto de
las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la
participación política desde el análisis de la relación entre el
uso de Internet, el interés político y la participación política;
donde se concluye entre otras cosas: “Las habilidades con internet
son más importantes para la participación en línea que otras
variables tradicionalmente influyentes, como son sexo, ingresos,
confianza en instituciones políticas, seguir las noticias por la
televisión y la radio, o leer periódicos”. Esto quiere decir que,
independientemente del interés por la política de las personas, si
éstas personas tienen destrezas en el manejo de Internet, realizarán
acciones políticas en Internet.
Desde otra perspectiva pero con la
misma tendencia, en estudios publicados el 2012 por la Universidad
estatal de Washington y otro por la Universidad de Wisconsin-Madison,
comprobaron que los jóvenes que participan en política en Internet,
son también políticamente más activos en el mundo real. (SHAH, Dhavan V. y otros. Information and Expression in a Digital Age Modeling Internet Effects on Civic Participation. University of Wisconsin-Madison)
Las generalizaciones
Cuando hacemos generalizaciones sobre
“los” Jóvenes en Bolivia y sus preferencias por el Internet y
las redes sociales, por ejemplo, no tomamos en cuenta que NO todos
los Jóvenes pueden acceder regularmente a Internet y por tanto sus
habilidades con las redes sociales son insuficientes para hacerlos
susceptibles de ser cooptados a través de este medio, mucho menos de
ser movilizados políticamente. El Censo CNPV 2012 recogió
información sobre el acceso a TIC en las viviendas particulares con
ocupantes presentes, concretamente determinó que solo el 23,36 %
tienen computadora, y en total, sólo el 9,45 % tiene servicio de
Internet, la oportunidad está en que en lo referente a telefonía,
el 71,59 % de los hogares cuenta con servicio de telefonía fija o
celular, pues otra forma de acceder a una conexión Internet es a
través de la telefonía móvil (los Smartphone), y los departamentos
de Santa Cruz, Tarija, La Paz y Cochabamba son los que tienen los
mayores niveles de acceso.
Fortalecer la participación
ciudadana
Internet desde hace ya un buen tiempo
se ha convertido en el nuevo vínculo con y entre los ciudadanos, que
bien manejado puede constituir un escenario para recoger la demanda
ciudadana: propuestas, sugerencias, quejas, y hasta denuncias de la
ciudadanía; con lo que estaríamos fortaleciendo la Participación
Ciudadana y con ello aportamos a la generación de una mayor calidad
democrática; sin embargo es preciso tener mucho cuidado al momento
de gestionar la propaganda partidaria y el discurso partidista a
través de Internet.
Estamos de acuerdo en promover una
serie de nuevas herramientas sociales en Internet con las que
fortalezcamos la participación ciudadana y su mayor participación
política en la línea de profundizar el proceso democrático,
especialmente de aquellos Jóvenes apáticos en el tema político,
sin embargo también creemos que debe hacerse pertinentemente y no
por modismo o copias mecánicas de otras realidades y peor de las
malas prácticas tradicionales “reales” como el imponer a la
comunidad mensajes políticos descalificados y racistas, aprovechando
de su poderío económico al pagar por “like” o corromper
comercialmente el activismo político en las redes sociales; es
preciso que por sobre los intereses partidarios mezquinos podamos
fortalecer la libertad de expresión intrínseca de
Internet al igual que la necesaria convivencia en la
red y sus comunidades.
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