Transformación digital, un medio, no un fin


Últimamente se está hablando mucho de la transformación digital como parte de un cambio reciente, olvidando, primero, que este proceso empezó al menos alrededor de dos décadas atrás, y segundo, y más importante es que la transformación digital es esencialmente parte de una respuesta/solución a un problema, o problemas, devenientes de la ruptura brusca del modelo de negocio de las empresas (todas) y de ciertos paradigmas de la sociedad misma, de la propia gente y su nueva cultura; ruptura que tiene que ver, por citar temas emblemáticos, con problemáticas como la investigación que efectúa el Fiscal especial de Estados Unidos, Robert Mueller, sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016 a favor de Donald Trump y la cuestionable extracción de datos de la empresa Cambridge Analytica de perfiles de Facebook y su uso para la manipulación de la intención del voto.

Este post pretende reflexionar y orientar para que se priorice la determinación de la problemática, esa ruptura brusca tanto de paradigmas sociales como de modelos de negocios; pues partiendo de conocer el problema podemos enfocar de mejor manera la transformación digital que requieren nuestras instituciones, la respuesta o solución más pertinente teniendo en cuenta ciertas características principales: mayor control, confianza, y transparencia, generando nuevos modelos de negocio con la capacidad de garantizar la resiliencia de los datos; y no solamente “modernizar por modernizar” y/o simplemente “modernizar los procesos” empleando las nuevas tecnologías. De esta manera aportaremos a que personas e instituciones se adecuen mas oportuna y pertinentemente a estos cambios en beneficio de una también eficiente respuesta y gestión de los mismos en beneficio de la sociedad, sus principios y valores.

En esta perspectiva se precisa adecuar nuestras instituciones, especialmente los planes de negocios, a un mundo, una sociedad muy tecnologizada, que ha generado a su vez una nueva cultura con base en un desmesurado uso y penetración de las redes sociales y el Internet en la vida de las personas, especialmente los jóvenes; la alta convergencia de las tecnologias (Celular por ejemplo es radio, TV, periódico, libro, etc. ademas de teléfono); el cloud computing (fog, edge, etc.) y el IoT (Internet de las cosas) que facilitan rápidamente la presencia de empresas y personas en el ciberespacio con diferentes tipos de servicios; el Big Data (un grán cúmulo de información que va creciendo continuamente) y que permite múltiples y certeras formas de segmentación de mercados que nunca habia soñado la mercadotecnia para ser más exitosa en sus propósitos y resultados, sean esto lícitos o no, basta recordar el caso de “Cambridge Analytica”.

Ya no solamente se hace realidad que  “Si no estás en Internet, no existes”, sino que también el éxito o el fracaso están en directa relación con el mejor aprovechamiento del Internet, sus recursos y servicios.

La transformación digital trata de determinar y usar pertinentemente los recursos digitales para cambiar y adecuar los planes de negocio; actualizar sus procesos de negocio; las formas de trabajo; las infraestructuras de producción y de comunicación globales; conectar a la gente; reenfocar y fortalecer las prácticas de colaboración y cooperación de los equipos de trabajo; involucrar mucho más al cliente interno y externo de la empresa; asi como también apuntalar y adecuar los sistemas informáticos y aplicaciones capaces de facilitar y soportar este cambio en nuestras empresas para adecuarla a las cambiantes demandas del mercado y poder ser exitosos ante también los nuevos desafíos de estos tiempos.

Todo esto, indudablemente dice de la necesidad/obligación de re-estructurar y re-articular la INFRAESTRUCTURA TECNOLÓGICA , pero sobre todo pasa por EDUCACIÓN, la formación del talento humano de la empresa, pues la gestión exitosa (o no) de esta transformación será gestionada final y esencialmente por las personas.

En el ámbito empresarial boliviano, un serio emprendimiento y espacio de reflexión, se ha desarrollado hace semanas atrás en el “Summit Transformación digital 2018”  auspiciado por la agencia en Bolivia de la consultora internacional sueca KREAB, asi como también algunas otras empresas bolivianas que están trabajando el tema, lo cual es de felicitar y respaldar.

Finalmente, como esta ruptura brusca nos afecta a TODOS/AS y se expresa también en cambios paradigmáticos  en diversos ámbitos de nuestra sociedad y sus sistemas: educativo, democráticos, seguridad y defensa, así como también las finanzas, la banca (el dinero digital y la harto presagiada muerte del billete físico, y hasta el BitCoin), el comercio (electrónico), y otros; se hace urgente y prioritario que las instituciones involucradas deban REPENSAR CREATIVA E INNOVADORAMENTE su actividad para adecuarla a los tiempos tan cambiantes que vivimos con la tecnología que se articule y orientadas a un publico/clientes más exigentes, informados, pero sobre todo con perfiles y esencialmente hábitos y cultura, centrado en lo digital, muy diferentes a las generaciones anteriores.

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